Hoy me encuentro escribiendo sobre el lapso de felicidad que vengo protagonizando hace ya un tiempo, que quizás en números sea corto pero en el día a día, se vuelve largo.
Esta vez elegí no acudir a la lógica, sino que me tiré al vivir sin frenos, ni nadie que me diga cómo tengo que ser, ni me recalque constantemente la parte oscura de mi personalidad. Hoy me conformo y estoy contenta de ser quien soy, de tener personas a mi lado que me aceptan tal cual me conocieron. Antes de transitar este periodo de risa, debo confesar que miles de hipótesis mancharon mi mente de pensamientos estúpidos. Uno llega a pensar que aquella persona que "te ama" es la única que te conoce verdaderamente... Pero con los choques interpersonales uno se da cuenta de que quizás esa persona no te ama ni te conoce verdaderamente, de más está clasificar esta situación: una total desilución, y la clasifico igual porque cuando hablo, no me guardo nada. Y sí, me sentí muy desilusionada al abrir los ojos y ver que aquel mundo que durante tanto tiempo fue MI VIDA, hoy era la nada misma. ¿Acaso aquellos sentimientos no fueron reales? Quiero creer que sí, que lo amé con locura, que disfruté cada momento junto a él, que nunca me voy a olvidar de esa sonrisa que me hizo tanto bien, mientras duró. Yo sé que lo que sentí desde aquel día, hasta hace apenas un mes, fue totalmente real; la parte jodida es confiar en que él sintió lo mismo... Quizás sólo fui una obseción.
Me fui por las ramas, otra vez. Mi felicidad hoy en día es casi completa. Hago cosas por mi misma, voy al gimnasio, me arreglo para salir y disfruto de la noche con quien quiera. Saludo a todo aquel que se me cruce, hablo con quien quiero, sin daños a terceros. Pero como dije al principio, CASI completa. Hace años que vengo experimentando lo que es el noviazgo a esta edad: UN HERMOSO QUILOMBO. Con sus pro y sus contras, me hizo muy feliz estar enamorada porque es la mejor sensación que experimenté en mi vida. Y sinceramente, si es que ese período de mi vida ya acabó, quiero iniciar uno nuevo... Quizás en un tiempo, no muy lejano, retorne a mis costumbres, a mis noviazgos, vuelva a las andadas. Después de todo... Ustedes me conocen.