miércoles

- Quién sabe, Alicia, este país no estuvo hecho porque sí. Te vas a ir, vas a salir, pero te quedas. ¿Dónde más vas a ir? Y es que aquí sabes, el trabalenguas trabalenguas, el asesino te asesina, y es mucho para tí. Se acabó ese juego que te hacía feliz. No cuentes lo que viste en los jardines, el sueño acabó; ni tortugas. Un río de cabezas aplastadas por el mismo pie, juegan cricket bajo la luna. Estamos en la tierra de nadie, pero es mía. Los inocentes son los culpables, dice su Señoría, el Rey de Espadas. No cuentes qué hay detrás de aquel espejo: no tendrás poder,ni abogados, ni testigos! Enciende los candiles que los brujos pueden volver a nublarnos el camino. Estamos en la tierra de todos, en la vida; sobre el pasado y sobre el futuro, ruina sobre ruina, querida Alicia! Se acabó este juego que te hacía feliz.

lunes

Crónica de un robo, parte III.

Después de un par de procedimientos desde la comisaría de Turdera (los primeros policías que no puedo considerar corruptos ni que los vea transando) , me llaman una tarde.
Me pidieron identificar una fotografía, de quien creían, era el monstruo.
Vinieron a mi casa, prendieron la cámara, pero no, era negativo.
Así pasó un par de veces, venían y no, no era él.
Vale aclarar que esto lo hacían porque son gente con corazón, ya que mostrarme fotografías es algo ilegal, pero querían encontrar al monstruo, ya que NO FUI LA ÚNICA que lo denunció en la zona, y no es muy grande Turdera..
Llegó el día. Estaba en el colegio, tenía hora libre antes de entrar a clase, estaba comiendo mi ensalada rutinaria.
Me llaman a portería, estaba la policía. La portera del colegio no entendía nada y todos me miraban raro.
Entramos a la cocina de Elvi, la portera. Sacaron la cámara digital, y ahí lo vi. El monstruo, pero había tomado una forma diferente: ojos claros, pelo corto y rubiecito, y la cara más demacrada que vi en mi vida.
Corrí llorando al patio cubierto, me abrazaron las chicas. Después llamé a mi mamá por teléfono y hablamos un momento, me contó que había hablado con la representante legal del colegio blabla, fue todo muy rápido.
Pasó el tiempo, y tuve que ir a tribunales, o algo así, en Lomas de Zamora.
Me atendió una mujer, petiza, simpática, con cara de corrupta.
Me tomó la declaración y quebré. No pude contar todo lo que hubiese querido contarle, pero logró tener mi declaración. Unos días después, se vino lo peor.
La ronda de reconocimiento.
Bajamos al subsuelo, conocí una cárcel.
Bajé con mis papás, me explicaron el procedimiento. Pero no podía dejar de mirar a una chica... Estaba con un hombre vestido de médico, una mujer grande y otra joven. Me llamaron la atención y supuse que era víctima de abuso deshonesto, como yo.
La chica entró a reconocerlo antes que yo, y salió llorando, toda su familia (supuse) tenía ira en la mirada y la chica seguía llorando, como nunca vi llorar A NADIE en toda mi vida.
Entré a reconocerlo con la mayor impotencia que sentí en mis 14 años en ese momento, con mi vieja, porque soy menor de edad. Ahí estaba la mujer que me tomó la declaración, una policía y la abogada del monstruo (hasta los monstruos tienen derechos, dicen.)
Eran 5 hombres, 4 altos, robustos y de piel un poco oscura, y ahí estaba el monstruo. 1,70m como mucho, escuálido, seguía teniendo la misma cara de demacrado que en la foto y los otros rasgos que ya describí.
- Tomate tu tiempo- Dijo la mujer con cara de corrupta.
- El 2 - Dije sin pensarlo un sólo segundo más.
- ¿Segura?-
- Sí, el 2.-
Salimos. Esperamos en un salón a parte y nos fuimos.
Tiempo después lo supe, Andrés Damián Diamico. 4 casos de violación, 21 casos de abuso deshonesto, al pensar que yo podría haber sido uno de esos 4 casos lloré un poco más que antes. No aparece en Google, apareció en Crónica.
Hasta donde sé sigue preso, pero no hay día que me olvide, de todo eso, que hoy me da desconfianza, ira y me repugna, más que nada en el mundo.
Odio recordar todo esto, verdaderamente LO ODIO.

Crónica de un robo, parte II.

Me subí, seguía temblando. Pero me autotranquilicé.
Íbamos en la bicicleta, me llevaba en el caño de adelante, pensé en tirarme y correr, pero no podía hacer nada.
Pasamos a una cuadra de mi casa, ¡UNA CUADRA!
En un momento, el monstruo dice:
- Uy te estás cayendo, sos muy pesada che.
Con la ira en la garganta respondí lo primero que se me cruzó por la cabeza:
- Encima de que me afanás me decís gorda.
Se rió y agregó:
- Por lo menos sos simpática che.
- Y... Si no me río tengo que llorar.
Siguió el trayecto, frenó en una esquina, atrás de un colectivo escolar fuera de uso.
Ahí fue.
A cada minuto me comentaba que se iría en un instante. Pasaba gente, ancianos del barrio, de esos que salen a comprar fideos para el almuerzo.
Pasó una mujer, recuerdo, y el monstruo alegó: "cuando pase, me voy."
No sé por qué le creí. A medida que voy escribiendo voy recordando cosas como que me iba a dar el chip del celular, que esperara un momento.
Me dijo que me haga pasar por su novia, me besó en la boca y me quedé helada, NUNCA sentí tanto asco.
Hizo cosas que hoy en día no puedo repetir, dijo cosas que no escucho decir ni cotidianamente, y si alguna que otra vez escucho algo así enseguida me viene esa imagen: "pelo largo, morocho y enrulado, anteojos de sol negros, nunca vi ojos, una gorra, ropa deportiva, olor a cigarrillo, una bicicleta azul y unos aros en forma de cruz colgando de las orejas. Unos 30 años, y si era más joven, estaba hecho mierda. "
Esa fue la descripción que le di a la policía un rato después.

Crónica de un robo, parte I.

Hola, ¿cómo estás? Hoy vengo a contarte lo que me pasó un jueves 10.48 a.m.
No fue nada lindo y no puedo evitar recordarlo.
Siguió mis pasos, hasta encontrar su momento oportuno,
no sé bien cuánto habrá pedaleado siguiendo mi mismo camino.
Sólo sé que me alcanzó.
Se dio el momento, al comienzo no lo escuché bien,
la música en mis oídos.
Hasta que escuché sus palabras,
que tras este recuerdo nebuloso que fue formado por mis nervios,
hoy no las recuerdo exactamente.
Sé que pidió que me detuviera, sin ningún tipo de amabilidad.
Lo hice y comencé a temblar.
- Dame el celular, porque tengo un arma, y tiene silenciador. No tengo familia, asíque no me importa matarte acá.
Lo saqué rápidamente, me corrigió : "¡ Despacio ! No seas tan obvia. "
Recuerdo mis palabras "Ay no, estoy muy nerviosa."
"Ni se te ocurra llorar - dijo él - sentate ahí, y callate. "
Pasaron varias personas, y se aproximó un hombre,
quien creí, era mi salvación.
Por un momento creí que había visto el miedo en mis ojos,
y como con la mirada, le rogué ayuda.
Pero no, me equivoqué, como todos en esta sociedad,
VIO el miedo, y apuró su paso.
Mientras el monstruo me decia "Ni se te ocurra hacer nada.", mientras miraba una carpeta que llevaba en mis manos, de artística.
- ¿Cómo te llamás?. Me dijo.
- Lucía. Contesté nerviosa, obviamente mintiendo. Ni registró mi mentira, supongo que sería consecuencia de la adrenalina que tiene ese delito.
Después, sin tanto detalle, le conté que tenía 14 años y que vivía a unas cuantas cuadras del lugar, seguía mintiendo evidentemente. Siguió sin registrarlo.
- Subite a la bicicleta, tu mochila la llevo yo...

sábado


La felicidad humana generalmente no se logra con grandes golpes de suerte, que pueden ocurrir pocas veces, sino con pequeñas cosas que ocurren todos los días.
Benjamin Franklin

Felicidad no es hacer lo que uno quiere sino querer lo que uno hace.
Jean Paul Sartre

Buscamos la felicidad, pero sin saber dónde, como los borrachos buscan su casa, sabiendo que tienen una.
Voltaire

La felicidad, un sentimiento que expresamos durante toda nuestra vida. No hay épocas felices, sino que hay momentos felices que "marcan" ciertas épocas. La felicidad consiste en ver las pequeñas cosas que nos hacen bien, y que sumadas logran la calma que nos acerca a un estado feliz. Puede deberse a una persona, a un hecho, a cualquier cosa, la felicidad proviene de cualquier lugar, sin que la busquemos, aparece. Si uno se esfuerza por alcanzar la felicidad, tarde o temprano se da cuenta de las cosas que dejó en el camino, esas cosas que si las fuéramos recogiendo, terminaríamos con la felicidad en la palma de nuestras manos. Soy muy dependiente en cuestiones de felicidad, mi felicidad se debe en muchos casos a personas, en ámbitos amorosos, amistosos y familiares; y otras veces se debe a cosas que hago por mí misma, comprarme ropa, ir al gimnasio, sentirme bien. Pero siempre es más fácil si alguien nos ayuda, me gusta saber que alguien me hace feliz.
Si lo que quieres es vivir cien años, no pruebes los licores del placer. Si eres alergico a los desengaños, olvidate de esa mujer. Compra una mascara antigas, mantente dentro de la ley. Si lo que quieres es vivir cien años, haz musculos de 5 a 6. Ponte gomina que no te despeine el vientecillo de la libertad. Funda un hogar en el que nunca reine mas rey que la seguridad, evita el humo de los clubs, reduce la velocidad. Si lo que quieres es vivir cien años, vacunate contra el azar. Deja pasar la tentacion, dile a ese chico que no llame mas y si protesta el corazon en la farmacia puedes preguntar: ¿tienen pastillas para no soñar? Si quieres ser matusalen vigila tu colesterol, si tu pelicula es vivir cien años no lo hagas nunca sin condon, es peligroso que tu piel desnuda roce otra piel sin esterilizar, que no se infiltre el virus de la duda en tu cama matrimonial. Y si en tus noches falta sal para eso esta el televisor. Si lo que quieres es cumplir cien años, no vivas como vivo yo.

jueves

Soy mujer. Tengo mis pequeños detalles de complejidad pero al fin y al cabo soy simple. Alguna vez ya lo dije y hoy lo reitero: NO soy típica. Si me verseás te voy a pedir que me digas la verdad, si me decís la verdad, no me voy a enojar. ¿Tan complicado es hombres? Sé que la mayoría de las mujeres exigen la verdad, pero cuando la obtienen se quejan el doble que con la mentira, entonces claro, como los hombres son tan simples, prefieren mentir. Mentir sin conocer mi reacción, es una acción verdaderamente pelotuda. Quiero decir, si te digo que 'no me voy a enojar', es porque NO ME VOY A ENOJAR. No tengo vueltas, soy transparente. ¿Cuesta mucho entenderlo?