miércoles

Odio las leyes de la naturaleza. Detesto con toda mi alma que siempre lo que queremos parece ser inalcanzable. Detesto que cuando lo alcanzamos, ya no es lo que queremos. ¿Me pasa a mi sola esto? No puedo ser tan así. Ahora estoy en el medio de la nada, con las manos vacías y planteándome: ¿hice las cosas bien? Es algo que nunca nadie va a saber con certeza, puedo recibir muchos consejos cercanos a ella y muy convincentes, pero nunca van a ser certeros. Nunca voy a saber si hice bien las cosas, si hice bien en dejarlo escapar, si hice bien en tirarme de nuevo a la pileta, si aprendí algo con darme la cabeza contra la pared. Ni siquiera tengo la certeza de que mi cansancio sea real, porque mañana será otro día, quizás se cruce el amor de alguna otra vida, quizás vuelva a despertar. Quiero certezas, no incertidumbres. ¿Es mucho pedir?

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